Lilia (profa) recomienda la saga «Dos amigas», de Elena Ferrante.

Saga «Dos amigas», de Elena Ferrante. 

Volver del trabajo pensando en leer es algo bastante poco frecuente. Estamos todos agotados, con demasiadas cosas en la cabeza y la tentación de un capítulo más de la serie de turno, que es irresistible (y, para qué mentir, a veces muy reconfortante). Pero hace poco me volvió a ocurrir que lo único que quería hacer después de una larga jornada laboral era llegar a mi casa, prepararme la cena y sentarme frente a un libro, y fue una sensación maravillosa. Me ocurrió con la saga «Dos amigas», una tetralogía de la –hasta hace poco– misteriosa Elena Ferrante, escritora italiana que publicó dichos –y otros muchos– libros bajo pseudónimo y anonimato (hace poco, y en contra de sus deseos, un periodista desveló su identidad). 

La saga de «Dos amigas» narra la relación entre dos mujeres de Nápoles en la segunda mitad del siglo XX: una historia que va desde que se conocen como niñas hasta que se separan como adultas, y que ocurre en una ciudad llena de tradición, conflictos de clase y camorra (la mafia italiana). El escenario, a veces algo lúgubre, hace que la historia de las Lila y Lenù sea todavía más radiante e inolvidable, porque es tan humana que se te olvida que son personajes de ficción. Me acuerdo de uno de los comentarios de la contraportada, escrito por algún escritor estadounidense: «después de este libro, quiero a Lenù y a Lila como si hubiese crecido con ellas; no puedo olvidarlas». Lo cierto es que, cuando yo lo leí, me ocurrió lo mismo, y ahora ya soy incapaz de leer otros libros sobre amistad sin compararlos con estos, que alcanzan un nivel de análisis y profundidad inimaginables y muy, muy emocionantes (te ríes, te enfadas, te indignas, siempre quieres saber más). 

A pesar de que he leído ya muchos libros después de esta saga, en mi memoria siguen las familias del barrio, el aspecto de los edificios y los encuentros de Lenu y Lina –con sus momentos luminosos y sus momentos de oscuridad (que los hay, y muchos)– como si los hubiera visto ayer. Además, el estilo de Elena Ferrante (considerada una de las autoras más importantes de Italia este siglo) es ligero y pegadizo, muy talentoso: más allá de su nivel de profundidad, se le da muy, muy bien contar historias. Resulta muy difícil no engancharse y, sobre todo, imposible dejar el libro a la mitad. 

Eso sí: este libro es para adultos, gente de más de 17 años; aunque una vez superado ese umbral no hay una edad específica para disfrutarlo, igual que tampoco un estilo de literatura favorita. Quiero decir: después de leérmelo se lo recomendé a mi madre y le encantó. Más tarde, se lo recomendé a mi hermana de 22 años (que suele leer más realismo mágico) e igual. Y después se los presté a un amigo historiador y ocurrió más de lo mismo. En definitiva: basta con que te interesen las relaciones humanas, con todas sus ambigüedades y claroscuros, para que te guste la saga.   

¡Ojo! La saga, aun con su complejidad y su fino estilo literario, ha sido best-seller hasta el punto de que HBO tiene una serie sobre ella (que todavía va por la tercera temporada). Yo no me he atrevido a verla todavía (por miedo a que me estropee el libro), pero tiene buenas críticas y HBO suele ser bastante de fiar. En cuanto al libro, en España está editado por Lumen y también en formato bolsillo; y lo mejor es que, como es tan popular, ¡puede encontrarse en casi cualquier biblioteca pública!